El Universal
No todos los temas fueron narcocorridos, pero por mucho las canciones que hablaron de drogas, armas y carros de lujo son las que más corearon los poco más de 3 mil asistentes al concierto de “El Komander”.El cielo cerrado de una noche lluviosa no fue impedimento para que desde temprano los seguidores del intérprete estrella del “movimiento alterado” llegaran al estadio de beisbol Manuel L. Almanza.
Tras una minuciosa revisión de seguridad, poco a poco el campo se llenó de sombreros, botas, faldas cortas y camisas brillantes. En las mesas, las cervezas; los más espléndidos con botellas de whisky arrancaban la fiesta.
Seis bandas locales sirvieron de preámbulo, minutos después de la medianoche salió a escena Alfredo Ríos y su grupo. Entre el griterío de las mujeres y los brindis a la distancia de los varones, “El Komander” llegó a lo que “su gente” estaba esperando: los “narcocorridos”.
“Cuernito Armani”, “El Taquicardio”, “El cigarrito bañado”, “Orden exigido”, “Manda Incumplida” y muchas otras canciones, todas coreadas por la multitud.
Mientras, los inspectores municipales, como simples espectadores, lo más que hicieron para mostrar autoridad fue sacar a tres menores de edad que tomaban cerveza, eso sí, con la advertencia clara a los organizadores de que “si encontraban un cuarto menor el evento sería suspendido”.
“Saben que estoy bien enfermo, que ando mariguano y muy pocos se acercan. Y es que yo no uso las drogas, las drogas me usan a mí”, cantaba “El Komander”. “No es que me guste ver sangre, pero es que estamos en guerra. A veces andado activado tal vez panqueado buscando a la presa. Cuando me visto de negro me cuelgo mi cuerno, infrarrojo y pechera”, seguía con los temas.
- Subestiman la sanción
El cantante sabía que iba a perder 100 mil pesos, poco parecía importarle. “Ahí les va esta, para todas las morritas que les gusta pistear con los corridos. Échale, mi compa”. Y la banda no paró hasta las dos de la mañana.
La multa que se aplicó a “El Komander” por interpretar temas “que rinden culto al consumo de drogas” será destinada a comprar libros para niños, aseguró el alcalde Marco Adán Quezada.
El ayuntamiento le había anticipado que no podría cantar los llamados narcocorridos. Y como deliberadamente ignoró la advertencia, el municipio hizo válido el depósito de 100 mil pesos que el cantante hizo previo a su show.
“Fue una tomada de pelo, fue una mentira”, dijo Quezada sobre la promesa de que no habría música sobre el consumo y tráfico de drogas en el mencionado espectáculo.
De acuerdo con la autoridad local, “El Komander” cantó por lo menos cinco canciones del género. Aunque versiones de asistentes que circulan en las redes sociales dan cuenta de por los menos 12 temas. “Si uno revisa las interpretaciones de este amigo, se da cuenta que es puro rendir culto al crimen, donde presume, donde habla del consumo de drogas abiertamente, eso es terrible”, agregó Quezada.
En esta ciudad los “narcocorridos” están prohibidos en espectáculos públicos desde hace dos años, a raíz de una balacera que se inició en un concierto de Los Tucanes de Tijuana, justo cuando cantaban un tema alusivo al tráfico de enervantes.
Al concierto se impidió el acceso a la prensa. EL UNIVERSAL logró ingresar con la autorización de los organizadores locales; sin embargo al percatarse de las cámaras, la escolta de “El Komander” sacó del inmueble al corresponsal de este medio y a su fotógrafo, además exigió borrar las imágenes.
Los guardias dijeron que era “una orden directa” del cantante que no se captaran aspectos del concierto por parte de los medios.
El alcalde aseveró que los 100 mil pesos serán entregados al DIF municipal para la adquisición de libros infantiles. Además, dijo, a los organizadores no se les volverá a conceder un permiso para espectáculos “en lo que resta de la presente administración”, que termina en dos meses y medio.
La legislación en la materia es muy laxa y se puede evadir fácilmente pagando una multa, tenemos que trabajar en nuevos reglamentos que sean más duros y nos permitan impedir que se interpreten canciones que dañan a los jóvenes y a los niños, finalizó Quezada.
Fuente: EL UNIVERSAL
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